Mayte Guzmán centra la producción de su obra como una práctica enfocada en las relaciones de su cuerpo con el lienzo pictórico y con los demás soportes y materiales. Nociones como el azar, la espontaneidad, el accidente y la gestualidad, operan a manera de generadores de sentido. Esta visión es el resultado del contacto formativo de la artista con los diversos avatares del expresionismo internacional, tanto moderno como postmoderno. En términos plásticos, la artista busca transmitir experiencias emotivas y de pensamiento, concretadas en piezas imbuidas de una materialidad reflexiva y seductora. En su propuesta más reciente, detonada a partir de la muestra Freezing time, en París, la artista ha venido explorando las posibilidades de memoria psíquica y testificación física del arte visual.